Confusión, vacío, necesidad. Una fuerza interna nueva, purificadora, renovadora ha entrado en mi vida. Se le puede llamar amor, ¿no? Si, puede recibir ese nombre. Pero ya no me engaño, el amor no llena los vacíos de mi existencia, no lo hace y no lo hará. Pero si me anima a cubrir mis carencias, a construir todo aquello que he he soñado en mí y que aun no está presente.
28 de febrero de 2005
Publicado por El Nigromante en 2/28/2005
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